Histórica y de relatos, Quilleco marca una trascendencia: ser el lugar donde el prócer, Bernardo O’Higgins Riquelme, incubó liberar a Chile, tras volver del Perú (1804), hasta la hacienda Las Canteras, heredada de su padre. Fue quemada estallando la independencia, lo que detonaría abrazar la causa patriota. Hay leyendas varias, como la del Salto del perro, donde un prófugo de la justicia con su can cruzaron el río Duqueco, en un brinco imposible; la del Cerro del diablo, donde un predicador habría quedado mudo al negarse al favor del mismísimo satanás; las luces rojas mapuche que viajan a ras de suelo; o la Piedra sarnosa lanzada por la fuerza interior del volcán Antuco. La comuna tiene naturaleza como la caída de agua El Saltillo, estero Cañileo y ríos Laja, Rucue, Duqueco, Coreo, Cañicura y Quilleco.