El “pequeño lugarejo” que se transformó en corazón de la minería y desarrollo económico del país, desde Punta Puchoco (1869) y cerrada por el Gobierno (1997). Del vocablo mapuche louta, la ciudad del Golfo de Arauco guarda un profundo patrimonio que desborda el industrial, alcanzando una diversidad de valores identitarios: gastronómico, en el plato de carbonada, o léxico creado durante décadas por los trabajadores del carbón, como el achutao o las camas calientes. Las minas subterráneas submarinas alcanzaron hasta siete kilómetros, mientras en superficie se levantó un conjunto minero con arquitectura destinada a los obreros y ejecutivos, representadas en los pabellones, como el 83, que es Monumento Histórico Nacional. Hoy, Lota, es postulada a Patrimonio de la Humanidad (Unesco).