El arte a partir del terremoto de 1939 en Chillán, mediante la alta expresión del muralismo
mexicano en Muerte al invasor, de David Alfaro Siqueiros, quien llega a la Escuela México a
realizar esta obra solidaria donde la luz juega en los distintos planos de la pintura, en una
sala que hace partícipe a la luz exterior, clara y dura en las mañanas, diafana y cálida en los
atardeceres. El mural se presenta al espectador como una cámara neo barroca que
comprende el mural sur, con episodios destacados de la historia de Chile, y el mural norte,
dedicado a la historia de México. Un mensaje épico que simboliza valores del hombre libre
pensador, del trabajo obrero, del origen ancestral y mundo moderno.