De la explotación del carbón a la música, conservando un acervo popular en un sinfín de fiestas locales y religiosas. Así se configura Curanilahue, una comunidad originada como campamento minero, evolucionando al trabajo maderero. Característica no es solo la plaza de armas, de más de diez aristas, también, el hito de reconversión social y artística que es la Orquesta Juvenil para el país, impulsada por Américo Giusti con la Banda de la Esperanza (1995). Desde la comuna se conecta a valores escénicos y el bosque nativo de Trongol Bajo, donde se vive lo criollo, y Trongol Alto, apreciándose la Cordillera de los Andes, Arauco y la Reserva Nacional Isla Mocha. En el año, se celebran una docena de festividades costumbristas (cordero, chancho, digüeñe, huasa, murtilla, tortilla, vendimia) y espirituales (Purísima).